En el número 2 de Digresiones literarias aparecen los siguientes relatos:
Me sentí sumamente tentado a volver a la cama con Elizabeth. Quitarme de encima los jeans y la camisa, tomar mi revólver y dejarlo en la mesa. En caso de que ella me confesará que no fue un error haber estado conmigo, esperaría a Alex y le metería un tiro en medio de las cejas. Nos iríamos de California, tal vez nos mudaríamos cerca de Alaska o Nuevo México, hallaríamos paz. Tenía suficientes billetes para mantenernos, incluso para sumergirnos en botellas de whisky y cajetillas de cigarros.
Jesús Velásquez (Jeans Azules)
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Sale de la casa y desde la ventana observo que silva felizmente mientras atraviesa la calle. Es como un niño que no sabe disimular la alegría que le causa cometer travesuras. Gustavo me hace creer que irá a ver un partido con sus amigos. El muy bobo no sospecha que estoy al tanto de las noticias pamboleras y sé que hoy no se juega ningún partido importante. Gustavo no irá a la cantina sino que, como cada jueves, se verá con Daniela en un modesto hotel de las periferias. Y en medio de sábanas amarillentas, fornicará frenéticamente, como si quisiera escapar de un abismo insondable y la única manera de salir ileso fuera eyacular, sin haber dado ni un solo segundo de placer, en el cuerpo perfecto de Daniela.
Nitz Lerasmo (El niño ha tomado sus medicinas)
Ciudad de México, 1994. Estudia la licenciatura en filosofía en la UNAM. En 2017 ganó el I concurso de microrrelatos Medidas Mínimas organizado por la Universidad de Salamanca y la UNAM. En 2018 ganó el tercer lugar en el III Concurso internacional de escritura creativa Skribalia y obtuvo una mención en el V Concurso internacional de minicuento Abriendo Puertas (Cuba). Recibió mención honorífica en el Premio Ariadna de Cuento 2018. Ha publicado cuentos, poemas, minificciones y reseñas en revistas de México, Canadá y España. Formará parte de la antología de cuento Exploraciones quiméricas Vol. I del Grupo Editorial Lectio.
Un buen día decidimos hacer el amor. La llevé a un motel lujoso e hicimos un perfecto preludio. Tenerla tan cerca de mí me hacía sentir implacable, inmortal. Pero cuando finalmente comencé a entrar en ella, vi su espalda con manchas y vellos blancos. Quedé aterrorizado e intenté despabilarme y volver a entrar. La oí gemir y su voz no era de una chica; Adriana se estaba convirtiendo en el tío Hugo.Emilio Antonio Calderón (Lo nuestro)
Estudiante de periodismo y aspirante a escritor. Apasionado de temas como la depresión y sensibilidad humana, su experiencia se limita a trabajos en agencias periodísticas especializadas en medio ambiente y ecología.
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Yo he tratado de no provocar a Martha con mi trato suave a Dominique ni despertar los celos de Laura, que ya se ha dado perfecta cuenta de la complicidad que tengo con la chica. Incluso yo mismo he tratado de marginar sutilmente a Dominique, de hacerla a un lado por momentos para que Laura crea que no me importa, pero mi hija se muestra cada vez más indiferente conmigo, más orgullosa. Dominique pareciera darse cuenta de eso y, quizá sin quererlo, se ocupa más por mí y se me cuela por los poros, me permea de su dulzura, de su candidez. Debo confesarlo: la discreción, la suavidad y la sumisión de Dominique me hacen querer protegerla y –debo reconocerlo– desear que Laura fuera al menos un poco como ella.
Edwin Alcántara (Dominique)
Historiador y narrador. Obtuvo el premio de la revista Punto de Partida de la Dirección de Literatura de la UNAM por su novela Gracy (2004). Participó como autor en el libro Terror en la Ciudad de México. Antología de cuentos y relatos (Libros del Conde, 2015), coordinada por Humberto Guzmán. Es autor del libro de cuentos Amor: úsese y deséchese (2016) y de la novela Diario encontrado en el Castillo de Chapultepec (Libros del Conde, 2017).
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Nuestra casa comenzó a ser visitada por una impresionante cantidad de mujeres, hermosas mujeres, altas, de figura esbelta pero con trazos curvilíneos como creaciones perfectas de un pintor sobre un lienzo virgen. Esas mujeres acechaban constantemente, muchas de ellas no eran conocidas, ni tampoco habitaban los alrededores sino parecía que venían de afuera. La pregunta era: ¿por qué venían esas mujeres precisamente a nuestra casa? La razón era simple pero curiosa para mí.
Andrés Lobo (Metáfora de la fidelidad)
Manuel Jonathan Soria Alba. Nació un 3 de enero de 1989 en la Ciudad de México. Le apasiona mucho leer, y fue hasta el bachillerato cuando se animó a escribir, todo gracias a un hombre de apellido Kundera, y gracias a ello lleva diez años dedicados al oficio de la escritura. En el ámbito profesional, estudió la licenciatura de sociología en la UNAM y se dedica a investigar temas de carácter político y electoral. En honor a su abuelo, Andrés Alba, se autonombra Andrés Lobo.
LA DIGRESIÓN (AUTOR INVITADO)
Éramos cautivas de la isla. Su interior era una fortaleza cónica inexpugnable, un cráter volcánico, cuya entrada era sólo por la cueva a la playa, un refugio ideal. Pero para la observación de los pájaros bobos, resultaba inútil, ya que parecía imposible escalar el cono rocoso que caía en vertical. Los pájaros anidaban en el acantilado exterior, de frente al mar, donde podían pescar, y a nosotras el arrecife nos impedía acceder para tener un lugar de observación. La isla era una trampa, un pedazo de roca incomunicado por el océano. Estábamos aisladas, en un desierto de lava, sin una sola palmera ni hierba, sólo algún pasto crecía. Un agujero negro en el mar.
Gloria Guerra Guerrero (La isla de los pájaros bobos)
Licenciada en Comunicación Educativa, Maestría en Cine Documental. Diplomada en Sustentabilidad Ambiental y Literatura Latinoamericana. Siempre le ha gustado narrar. Contaba cuentos desde que era niña, en Huautla de Jiménez, Oaxaca, donde vivió hasta los seis años; después estudió comunicación y cine documental y siguió narrando en imágenes. Filmó La Obra Oculta y otros documentales del drenaje profundo, acueductos subterráneos, obras gigantescas y des-conocidas por estar a cientos de metros bajo tierra. Ahora sigue contando ficciones pero sustentadas en alguna fisura de la realidad. Ha participado en diversos talleres de Narrativa y Poesía.
© Los derechos de los textos pertenecen a sus autores. Digresiones literarias los ha incluido en este listado con el único fin de publicitar el contenido.
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