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De la internet a la realidad


Estos son los relatos que conforman nuestro número 4: De la internet a la realidad.



En un principio se creía que aquello no era más que una farsa, sin embargo, al parecer, las casas son muy efectivas para bloquear los campos de energía y la radiación de las ondas de Internet. Las llamadas Zolici (Zonas libres de conexiones inalámbricas) se han vuelto muy populares y por el momento es el único medio que las autoridades han encontrado para proteger a las personas en riesgo. 
«3V» Percy Taira Matayoshi
Lima, Perú (1982). Es escritor, poeta, profesor y periodista. En poesía, ha publicado los poemarios Bitácora (2002); Puerta Azul (2008); y de manera virtual La piedra y el ornitorrinco (2014) y Ventanas negras (2018). En narrativa, ha publicado de manera virtual la novela de fantasía Relatos del Imperio de Qudor: La dama roja (2017); y la novela corta El monte del silencio (2017). En el 2006 obtuvo una Mención Honrosa en los X Juegos Florales de la Universidad Ricardo Palma con el conjunto de poemas titulado El Pozo.

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El premio de consolación es que Ciberamor siempre me hace sugerencias: “Katy219 podría ser el amor de tu vida. Mira su perfil”. Yo creo que me odia ese estúpido programa cibernético que por mi perfil me manda aleatoriamente a mis candidatas. Esto se convierte en un calvario donde se latiguea cruelmente la autoestima del buscador de pareja, pues hasta las más feas ponen sus condiciones.

«Ciberamor», Edwin Alcántara
Historiador y narrador. Obtuvo el premio de la revista Punto de Partida de la Dirección de Literatura de la UNAM por su novela Gracy (2004). Participó como autor en el libro Terror en la Ciudad de México. Antología de cuentos y relatos (Libros del Conde, 2015), coordinada por Humberto Guzmán. Es autor del libro de cuentos Amor: úsese y deséchese (2016) y de la novela Diario encontrado en el Castillo de Chapultepec (Libros del Conde, 2017).


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Lo que abundaban, o por lo menos es lo que sabía por medio del Internet, eran las personas como yo, los solitarios. Los eternos trabajadores con jornadas de dieciocho horas diarias los siete días de la semana. En principio solía resultar más confortable trabajar desde nuestra propia casa, pero en el momento en que se volvió una obligación debido a las prohibiciones de salir de cualquier inmueble, fue que el trabajo en casa se volvió insoportable.
«Afuera», Andrés Lobo
Manuel Soria (Ciudad de México, 1989). Estudió la licenciatura de sociología en la UNAM. En honor a su abuelo, Andrés Alba, se autonombra Andrés Lobo. Es autor del libro de cuentos Nexos y otros aullidos hechos letras, publicado por Lectio.


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Recibí más mensajes tuyos: logran que mi piel se erice. Siento escalofríos en todo el cuerpo sólo de pensar que pronto estaremos en la intimidad, en contacto físico y directo. Qué pena que la ley del ciberencuentro declare que tengamos que concretar un mes de charlas diarias, sin omisión, para que se apruebe nuestra cita en persona.
«Después del ciberencuentro», Francisco Fernández
Ciudad de México, 1980. Egresado de la Facultad de Filosofía y Letras, en la UNAM, donde estudió la licenciatura en Lenguas y Literaturas Hispánicas. Ha sido colaborador editorial y ha hecho corrección de estilo en la revista Estudios de Cultura Maya, en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. También ha traducido, del inglés al español, artículos de divulgación científica y ha publicado en Lingüística Mexicana, Letras Raras y Punto de partida. Ha escrito numerosos relatos y actualmente está terminando de escribir su novela Cartas a vuestra merced.


  La digresión  



Se levanta de su cómodo asiento, se dirige a la mesa, quita los grasosos rizos de su frente y como un demente Doctor Frankenstein comienza a pulir “Chimes of Freedom”. Uno, dos, tres borradores bastan para que su maniática obra quede impresa en unos pliegos amarillentos. En el piso yacen papeles arrugados, estáticos testamentos de brillantez abortada.
«Zimmerman I», Francisco Cirigo



Ya que existimos, permanecemos quietas, expectantes. Vemos cómo se revelan las otras palabras. Es lo que me pasó con Alejandro. Escuché su significado y en él lo describían como algo bello, exótico, poderoso. Pude imaginar su palabra y más que eso: vi cómo trazaban sus letras, con pulso firme, como si todo lo de él debiese existir. Y así fue, pero sus hermosos recuadros estaban lejos.
«Crucigramas», Francisco Cirigo
Escritor y periodista resignado. Creyente de la contradicción y la concupiscencia. En el desaliento ha encontrado un espacio para la intuición.


© Los derechos de los textos pertenecen a sus autores. Digresiones literarias los ha incluido en este listado con el único fin de publicitar el contenido.

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